Los síntomas invisibles son nuestra especialidad

Los síntomas invisibles son nuestra especialidad

Para muchas personas con enfermedades o lesiones neurológicas, los síntomas invisibles son los que más afectan a su calidad de vida. Estamos especializados en adaptar la rehabilitación para mejorar los síntomas invisibles y la calidad de vida.

Las distintas enfermedades y lesiones neurológicas tienen síntomas característicos diferentes, ya que afectan a distintas partes del cerebro y del sistema nervioso. Por ejemplo, trastornos del movimiento como la enfermedad de Parkinson y la distonía. Estas enfermedades causan degeneración en partes específicas del cerebro que controlan las señales a los músculos. La enfermedad de Parkinson provoca, entre otras cosas, temblores, movimientos rígidos y lentos, alteraciones del equilibrio y de la expresión facial. Mientras que la distonía provoca movimientos musculares lentos involuntarios y de torsión que dan lugar a posturas corporales bloqueadas con molestias acompañantes y diversos grados de dolor.

Si el cerebro no es consciente de los movimientos del cuello, pueden agravarse varios síntomas. Entre ellos se incluyen mayores dificultades de equilibrio y coordinación, mareos y mayor fatiga durante la actividad física. Podemos medir la conciencia cerebral de los movimientos del cuello utilizando un láser craneal y una luz intermitente.
Los movimientos oculares precisos y decididos son esenciales para recoger la información visual correcta sobre el entorno en el que se encuentra. Esto es esencial para permitirle moverse libremente sin desequilibrarse, marearse, perder la orientación o fatigarse. Al medir el control motor fino de los movimientos oculares intencionados, podemos detectar trastornos funcionales en el cerebro que contribuyen a sus síntomas invisibles.

La esclerosis múltiple (EM) provoca síntomas más variados, ya que la enfermedad puede atacar a todo el sistema nervioso central. Tanto las partes del cerebro como la médula espinal que intervienen en el envío de señales hacia y desde los músculos, intervienen en la sensibilidad al dolor y al tacto, la visión y la audición. Por tanto, los síntomas de la EM pueden variar mucho y pueden ser más difíciles de diagnosticar que los de otras enfermedades neurológicas. Los síntomas pueden incluir entumecimiento, disminución de la fuerza muscular o parálisis, temblores, mareos, alteraciones del equilibrio, visión doble y pérdida de audición, entre otros.

Los traumatismos craneoencefálicos, como el síndrome de conmoción cerebral crónica (síndrome postconmoción cerebral) y la lesión axonal difusa, pueden causar diversos síntomas. Los síntomas más comunes son dolor de cabeza, mareos, rigidez y dolor en la espalda y el cuello, alta sensibilidad sensorial, fatiga y disminución del umbral de actividad.

Aunque las distintas enfermedades y lesiones atacan diferentes partes del sistema nervioso y el cerebro, y causan síntomas diferentes. En la mayoría de ellas se observan algunos síntomas comunes. Entre ellos están la fatiga y el cansancio, la reducción del umbral de actividad y de entrada sensorial antes de que se desencadenen o empeoren los síntomas, y el deterioro de la concentración y la memoria. Es probable que estos síntomas se deban a una reacción en cadena de compensaciones erróneas y disfunciones cerebrales secundarias que hacen que, entre otras cosas, resulte más difícil y esforzado coordinar y procesar diferentes entradas sensoriales, más difícil coordinar simultáneamente la activación de varias partes distintas del cerebro con diferentes propiedades que son necesarias para realizar tareas tanto físicas como cognitivas, al tiempo que se observa tanto sobreactividad como infraactividad en partes del cerebro. Esta compleja disfunción provoca fatiga cerebral y se cree que es una de las principales causas de síntomas invisibles como la fatiga y el agotamiento, la hipersensibilidad a las entradas sensoriales y más desafíos con retos cognitivos y ejecutivos.  

Estas son algunas de las quejas más comunes de los pacientes que contactan con Brain Camp :  

- Mareos

- Deterioro del equilibrio y la coordinación

- Dolor de cabeza

- Trastornos visuales

- Alta sensibilidad sensorial

- Fatiga y agotamiento

- Dolor y rigidez en músculos y articulaciones.

- Dificultad para controlar los movimientos.

- Dificultad para iniciar movimientos.

- Temblores y sacudidas.

- Menor tolerancia a la actividad antes de que se desencadenen o empeoren los síntomas. Incluida la actividad física, mental y social.  

- Dificultad para dormir, incluida la dificultad para conciliar el sueño, despertarse a menudo por la noche y no sentirse descansado por la mañana.

- Menor tolerancia al estrés.

- Reducción de la capacidad o habilidad para concentrarse o realizar otras tareas cognitivas.

Las tareas cognitivas también incluyen la memoria, el aprendizaje, la capacidad de reunir y procesar información sensorial, la conceptualización y otras capacidades lógicas, y el procesamiento y producción del lenguaje.

Deterioro de la capacidad o habilidad para realizar tareas ejecutivas que son importantes para llevar a cabo acciones con eficacia y eficiencia.

Las funciones ejecutivas incluyen la coordinación y el procesamiento de las impresiones sensoriales y los pensamientos para que, entre otras cosas, uno pueda evaluar situaciones, hacer planes, iniciar los planes y hacer los cambios apropiados para finalizar la acción con éxito.

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